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lunes, 22 de agosto de 2016

EL ÁNGEL PROTOANÍMICO.


EL ÁNGEL PROTOANÍMICO




            El término “ángel protoanímico” fue plasmado en la mente cerebral del receptor durante el reposo nocturno del cuerpo físico en la madrugada del 19 de agosto del año 2016, conjuntamente con conceptos claros que fluían a la mente durante el sueño. Tal fue el inicio de una serie de significados y comprensiones que luego completaron su desarrollo durante la escritura de estos escritos.
            El concepto del “ángel protoanímico” podrá contribuir fundamentalmente al esclarecimiento sobre el alma y su desarrollo evolutivo, en forma holística y abarcativa, sin dejar de ser preciso y agudo en especificaciones esotéricas.


            ¿Qué es el Ángel Protoanímico?

            La palabra “ángel” significa mensajero, es decir una especie de mediador entre las más altas esferas de la Deidad Suprema y las entidades vivientes entendidas como ‘creaciones’. “Proto” proviene del griego ‘protos’, que significa primero, principal; y “anímico” es un adjetivo relativo a “alma”. Es decir que un ángel protoanímico sería una Conciencia dotada de inteligencia, conocedora (al menos de cierto aspecto o porción) del Propósito Divino, por lo cual puede actuar como principal “mensajero” de dicho Propósito. Su “Mensaje” es, evidentemente y en forma generalizada, de evolución y progreso, y es dirigido a las almas que puedan estar bajo su tutela. Por lo tanto, y como podrán deducir los estudiantes, existen variados niveles de “ángeles protoanímicos”.
Expresado en forma simple, el ángel protoanímico es el acompañante del alma, de la entidad viviente; es quien vela por su evolución y progreso desde el inicio de la vida anímica, puesto que conoce el propósito del sendero de la Evolución.

Ninguna especie y/o forma material de vida existe sin su ángel protoanímico. En oriente se ha denominado “Devas” (vocablo sánscrito, de la raíz “div”: brillar, resplandecer) a esas entidades que animan las formas creadas. En lo referente al ser humano se le ha denominado popularmente (en el cristianismo) “ángel de la guarda”, aunque dicho término no ayuda a interpretar correcta y cabalmente la función de este Ángel, ya que el mismo no solo ‘cuida’ al alma humana, pudiendo evitar en contadas ocasiones accidentes e infortunios, sino que, como se explicó, además “vela” por su avance evolutivo álmico o desarrollo de la conciencia. Inclusive algunos infortunios pueden ser permitidos por el Ángel Custodio por que responden a algún aprendizaje kármico, lo cual será necesario y positivo para el alma humana, aunque no cómodo o placentero para la ‘personalidad’.
Otras escuelas esotéricas le han llamado “Ángel Solar”, pero tal denominación ha confundido a muchos estudiantes. El nombre “ángel protoanímico” es más correcto y esclarecedor porque se puede aplicar a todas las entidades vivientes, mientras que “Ángel Solar” solo se ha aplicado en relación al hombre. El ángel protoanímico del hombre es “solar” por que posee investidura vibracional y consciencia ‘solar’, es decir, búddhica o crística, y por eso es que puede guiar al alma humana hacia el desarrollo de su buddhi. Esa guía es sutil e interna y casi siempre oculta a la consciencia de vigilia, sin embargo, en ocasiones, cuando el estudiante avanza en el Sendero, puede comenzar a sentir la influencia del Ángel Guía como “palabra en la mente” que lo guía para el descubrimiento de algún concepto clave, o como “mensaje” e “inspiración”.
Según estos conceptos podemos ver que el ‘ángel protoanímico” es la Conciencia sutil e inteligente que protege y guía al alma. Esa alma puede tratarse del alma grupo de un mineral, el alma grupo de alguna especie del reino vegetal, el alma grupal animal, o puede tratarse de la guía para el alma humana en desarrollo. Por lo tanto, los términos que emplearemos en nuestro estudio para designar a esas Inteligencias que guían al desarrollo de las almas de los distintos reinos de vida, estarán vinculados al reino al cual guían. De tal manera que podemos decir que existen:

1.    El ángel protoanímico mineral.
2.    El ángel protoanímico vegetal.
3.    El ángel protoanímico animal.
4.    El ángel protoanímico humano.
5.    Y ángeles protoanímicos planetarios, de sistemas solares y de galaxias.

En resumen: “Cada reino de vida tiene su ‘Hueste de ángeles protoanímicos’ que cubren las necesidades anímicas de las diversas especies”.
Hay que aclarar que el ángel protoanímico no anima directamente a “la forma material” de la entidad viviente, sino que vitaliza, guía e impulsa el desarrollo del aspecto anímico de la forma. Sin embargo, el “ángel guía” o “ángel protoanímico” tiene ‘ayudantes’ para que su labor de transmitir ‘el propósito evolutivo’ llegue a los planos más materiales de las formas. Estos ‘ayudantes’ son los “Espíritus de la Naturaleza” o elementales de la tierra, el agua, el aire, el fuego y el éter. Las leyendas mitológicas los conocen como Gnomos, Duendes, Ondinas, Salamandras, Adas, Sílfides, etc. El Ángel protoanímico se ocupa del propósito del alma evolucionante e impulsa y guía a los espíritus de la naturaleza en el trabajo constructivo y sostenedor de la forma. Pero todas las construcciones y desarrollos de las formas materiales, que dan por resultado las diversas especies biológicas de vida, son un medio para un fin, no un fin en sí mismo. El fin o meta de la expresión de la vida material es producir el avance y progreso de la conciencia anímica. Para esto el alma (se trate del alma mineral, vegetal, animal o humana) va transmigrando de una a otra forma de vida, recogiendo el resultado de las experiencias en el mundo material en forma de ‘cualidades vibracionales’. El ángel protoanímico protege dentro de ‘una sutil burbuja de energía’ (el cuerpo del alma) a las valiosas cualidades vibracionales que se van gestando como fruto de las experiencias. El ángel protoanímico protege y custodia a la “burbuja álmica” (sea mineral, vegetal, animal, humana) pues en esta sutil esfera o cuerpo del alma viajera está el secreto de la Evolución



LA CREACIÓN DEL ALMA HUMANA
Y LA OBRA DE LOS ÁNGELES PROTOANÍMICOS CON LA HUMANIDAD

            Los estudiantes versados saben que existen los constructores del ‘hombre externo’, que se ocupan de la expresión química, biológica y genética de la forma física humana, y los constructores del ‘hombre interno’ que son seres que, hace más de 16 millones de años, han construido el alma humana primitiva estableciendo una burbuja de materia mental superior que llegó a unificar la forma astral y etérica-física del ‘hombre material’ con la Chispa espiritual o Espíritu humano (la Mónada).
Sin la “mente vitalizada” por los Señores del Fuego de la Mente venidos desde las estrellas, el ser humano pensante y evolucionante no existiría. El hombre demostró ‘trinidad’ (cuerpo material, alma y espíritu) luego de que los Espíritus Angélicos de la Mente Cósmica insuflaron esencia de su propia substancia manásica y búdica en el hombre lemuriano estableciendo así, en su interior un centro o matriz de autoconsciencia en latencia con todas las posibilidades potenciales para el desarrollo de las facultades de la conciencia.  A este centro o matriz manásica los teósofos dieron el nombre de “cuerpo causal”, conocido corrientemente como “alma humana”. Dentro de esa matriz mental debía nacer, con el tiempo evolutivo, el Yo autoconsciente, el Ego.
            Estos Ángeles Creadores eran Inteligencias Cósmicas autoconvocadas por Ley de Sacrificio, y descendieron desde ciertas estrellas como Llamas fulgurantes de vida manásica hacia el Sistema Solar y al llegar a la Tierra proyectaron (como ya se señaló) vida anímica a la inactiva substancia mental y etérica en el cerebro y el sistema nervioso central del homínido, lo cual propagó “electricidad de autoconsciencia” en el cerebro y desde este hacia la columna vertebral, vitalizando los chakras “desde arriba hacia abajo” (y no al revés, como ocurrió más tarde con el hombre atlante-ario al despertar del fuego kundalínico).
            Los ‘ángeles constructores’ del ser humano terrícola (constructores de sus principios intermedios) son fundamentalmente sirianos, pero existen también provenientes de otros centros estelares. Existen huestes angélicas de muchas categorías respondiendo a una Fraternidad con escalas jerárquicas según el círculo de influencia y el grado de Luz de cada entidad; pero hay que distinguir entre los “constructores” y “los preservadores”, porque la función cambia el rótulo, la designación, es decir que “el nombre dado a una entidad o Conciencia cambia según su funcionalidad”.
            Existen tres funciones básicas de las Inteligencias al servicio del Plan de Evolución. Estas son:

1.    La función de CONSTRUCTOR.
2.    La función de PRESERVADOR, que contempla diversos aspectos, como custodio, guía, educador, sanador, director, etc.
3.    La función de DESTRUCTOR.

Esto se aplica a toda la existencia, desde la minúscula partícula hasta las galaxias y universos. Esta triple función es desempeñada por “Inteligencias” que conforman una “escalera jerárquica” en los diversos mundos o esferas de la Vida.
     La Teosofía tradicional ha empleado el término “Jerarquías Creadoras” para explicar la función N° 1 de las Conciencias, pero el aspecto N° 2, la función de ‘Preservador’, si bien ha sido abordada, no ha sido esclarecida cabalmente. Es especialmente en este punto donde ingresa nuestro nuevo vocablo: “ANGEL PROTOANÍMICO”, ya que esta denominación no se refiere tanto al aspecto constructor (construcción inicial), sino al aspecto, podríase decir “de desarrollo evolutivo de lo construido”. Por lo tanto los Devas o Ángeles Constructores y los Ángeles Protoanímicos son diferentes por su función.
Veamos un ejemplo del concepto antedicho: Cuando es creado el “cuerpo causal” (burbuja mental superior) o ‘alma humana’ al inicio de la evolución humana, este “cuerpo sutil o burbuja” que es el alma individual es como ‘una vasija vacía’ (al menos vacía de experiencia humana, no así de vibraciones subconscientes de los reinos infrahumanos, pues de los reinos menores de vida proviene el alma). Esta “vasija vacía” o “burbuja mental transparente” deberá ir llenándose con energías de comprensión, con arquetipos de pensamientos cada vez más elevados en cuanto a esencia de ‘verdad’, y esto lo logra el alma a través de “la riqueza cardíaca y mental” que pueda ir logrando con las reencarnaciones sucesivas. Los Ángeles Constructores son esas conciencias que dieron vida y moldearon a “la burbuja álmica humana” (o cuerpo causal) para que la Chispa Divina (la Mónada) pudiese recoger en dicho ‘receptáculo’ el resultado de las experiencias acontecidas en el triple mundo material (mental, emocional y etérico-físico). Los Ángeles Constructores hicieron posible esto, pero las entidades angélicas en su función de PRESERVADORES y protectores de lo construido y de guías para el desarrollo del alma, cumplen con una función muy diferente a la de los primeros constructores. A veces la tarea de “constructor” es seguida por la de “preservador, guía e impulsor evolutivo” por el mismo Ángel, pero no siempre es así, ya que la conciencia angélica constructora (siempre hablando de la construcción básica inicial) puede, después de efectuar su labor, retirarse para realizar otros menesteres, dando paso y lugar a otra conciencia angélica para que desempeñe la función de preservador y guía de la vida anímica construida. Esta segunda función, la del “preservador, custodio y guía” es el ANGEL PROTOANÍMICO. Su función es proteger, impulsar, inspirar a la conciencia en desarrollo hacia el Ideal arquetípico que el Ángel conoce muy bien.
El Ángel Protoanímico, dentro del reino humano, es un Ser Solar de gran alcance áurico, por lo cual su asistencia al alma humana es especialmente “grupal” (aunque en ocasiones puede personalizar su atención cuando es necesario). En general estos Seres Solares ponen bajo su manto irradiativo a una masa de miles de almas humanas con primitivo a mediano desarrollo, debido a que el alma humana infante no precisa aún de guía individual especial, porque para necesitar esa guía directa y especial debe antes atravesar por las enseñanzas y lecciones que de la Ley de Karma pueda obtener. Sin embargo el Ángel Protoanímico grupal guía eficazmente a todas las almas humanas infantes que están bajo su influencia radiactiva inspirándolas con el Bien y la Verdad y cubriéndolas bajo un invisible  pero muy real manto de energía protectora

El anterior concepto ayudará al ser humano a entender que jamás ha estado solo ni lo estará porque la asistencia irradiativa a los grupos humanos y su protección al estar dentro de las ‘cintas áuricas’ de los Ángeles Protoanímicos es permanente mientras dura todo el Aprendizaje de la conciencia humana en la Escuela-Tierra, hasta la “graduación” de las almas y su pasaje a una Escuela Superior. No obstante, esto no quita al individuo la posibilidad de “elegir” (haciendo uso del ‘corto tramo’ de su libre albedrío) caminos errados, es decir, contrarios a las Leyes dela Vida, y tener que padecer karma aleccionador por ello. Tanto los seres moralmente rectos por convicción, así como los confundidos y descarriados, sin distinción, están dentro del “Aura de Dios”, en la cual sus Agentes auxiliares son esos seres sutiles a los que hemos denominado ‘Ángeles’, ‘Devas’, ‘Ultraterrestres’, ‘Soles’, ‘Inteligencias’, ‘Conciencias’, etc.

Estos Auxiliares Solares para el hombre conocen el plan general del alma humana y pueden leer sin dificultad en el archivo de cada alma que está bajo su monitoreo el plan para la presente encarnación de cada individuo. “Son Seres con capacidades multifuncionales”, y por esto puede entenderse que puedan estar en muchos sitios a la vez realizando diferentes funciones, aunque cuentan también con la ayuda de otros auxiliares. El conocer muy bien el plan de cada alma le da al Ángel la ventaja de saber cómo y dónde intervenir (y dónde no) en procura de especiales asistencias a sus protegidas y queridas “almas”.

Pero para entender bien este tema no se debe incurrir en el error de confundir “alma” con “persona”, sería como confundir “mente” con “cuerpo”. El “alma” es la conciencia, la cual puede estar en gestación (‘alma bebé’), en formación (‘alma infante’) o en maduración (‘alma adulta’). A veces ‘la Conciencia interna’ o alma necesita que ‘la persona’ sufra situaciones de dificultad, desdicha e infortunios de diversas índoles para incorporar alguna vital “comprensión”. Por eso es erróneo pensar, como algunos piensan (y no son pocos…), que “el Ángel de la Guarda es solo un mito y que no existe” y la prueba estaría en que los seres humanos (las ‘personas’) siguen teniendo ‘accidentes’…  La idea expresada más arriba, con correcta interpretación, desarticula esta errónea creencia.

            Hemos explicado que la asistencia del Ángel Protoanímico es fundamentalmente “grupal”; pero cuando en su grupo álmico comienzan a destacar en desarrollo algunos individuos en cuyos cuerpos causales ya pueden verse “los primeros pétalos de conocimiento y amor que se abren en el Loto Interno”, entonces, a esas almas que ya pueden necesitar guía más cercana y específica para el desarrollo de aspectos especiales de la conciencia, se les presenta la oportunidad de transformarse en aspirantes y discípulos de “una Conciencia Preparada”. Tal Conciencia Instructora puede ser de la corriente humana-espiritual, lo que se conoce como “Maestro” (adepto instructor de almas proveniente de la línea evolutiva humana), o puede ser un ser de la Jerarquía angélica, de línea evolutiva no humana (posibilidad, está última, que ha sido poco o nada abordada hasta ahora como “conocimiento posible” en las escuelas).


EL NOUS Y EL ÁNGEL PROTOANÍMICO

            El Ángel Protoanímico es una conciencia dévica, es decir “resplandeciente”, que acompaña desde el inicio al alma, la cuida y protege de la prematura destrucción que pudiera sufrir por intrusiones de entidades maliciosas.
            Este Ángel es, para el hombre, un verdadero “guardián” de su alma, es decir, un protector de ‘los principios intermedios’ (manas y buddhi) que son los que conforman el ‘cuerpo causal’ mayormente. Es un ser de paz, propenso a la alegría, por estar compenetrado de la Luz Eterna y ‘vibrar solarmente’. Su alegría no es ‘emocional’ sino ‘búdica y espiritual’. Mantiene unificada al alma humana a su ‘Atman’, su ‘Nous’, es decir, su ‘Chispa Divina’. Es como un ser ‘paternal-maternal’ que cuida del alma recién nacida, que es la conciencia virgen o “alma bebé”, y luego del “alma niño”, hasta que el alma o ‘conciencia interna’ se fortalece y comienza a despertar sus facultades de autoconsciencia intelectual, intuicional y espiritual (el desarrollo procede en ese orden). Recién en la etapa de madurez álmica, después de múltiples reencarnaciones del alma, el Ángel Protoanímico va cambiando su función paterna-materna de “custodio de la infancia” por la de “consejero y guía”, lo cual lleva adelante en perfecta consonancia con el despertar del NOUS, que es la Chispa espiritual con el ‘chip’ arquetípico del Logos Solar dentro del hombre. 

            El Nous duerme dentro del hombre durante la etapa virginal e infantil del alma humana, pero al despertar de su sueño e iniciar su trabajo de arquitecto y constructor de la conciencia, recibe el apoyo y ayuda sincronizada del Ángel Protoanímico.

            A medida que el Nous va expresando el arquetipo de perfección en el alma, impulsando inspiradamente al ser humano por caminos que favorezcan el desarrollo de sus facultades latentes, el Ángel Protoanímico se va acercando cada vez más al final de su sacrificada y amorosa labor. Hay que recordar que este Ángel´ está con el ‘alma humana’ desde su mismo nacimiento, desde la aparición primigenia del ‘cuerpo causal’, y su labor llega a su fin cuando el alma humana se libera de la ignorancia al mismo tiempo que se ilumina trinitariamente, es decir, intelectual, intuitiva y espiritualmente, llenándose así la vida anímica de Amor-Sabiduría y Propósito espiritual. En otras palabras, “cuando la flor del loto del alma ha desplegado sus 12 pétalos cardíaco-coronarios; cuando ‘la Rosa’ se ha abierto plenamente en el alma; cuando ‘el arcoíris’ de la conciencia está pleno…, el alma se libera de las ligaduras terrenales y vuela como libre Paloma rumbo a una Escuela Superior de Vida”. Cuando esto sucede puede decirse que el hombre ha adquirido autoconsciencia de su Nous Interno, conoce su Propósito y su sendero y entra en la Vida de las Leyes Superiores(1).

            Cuando el alma humana llega por mérito propio a tal destino de Luz, el Ángel Protoanímico se libera, debido a que el cuerpo causal es disuelto y absorbida su valiosa Esencia (la síntesis de comprensión del largo sendero reencarnatorio) dentro del Cuerpo de Luz Monádico. El Ángel del alma humana observa arrobado en devoción inexpresable en palabras este sagrado y póstumo evento, y se libera así de su lazo anímico y dhármico con el ‘alma humana’, la cual, como se vio, ya no existe más como tal porque se ha transformado, por arte alquímico, en “Alma Divina”. Metafóricamente diríamos que “la oruga se ha transformado en mariposa”…; cuando esto sucede el Ángel Custodio de la ‘crisálida’ ve cumplida y finalizada su función y se marcha…
            Cuando el alma o conciencia se alquimiza y, elevándose en vibración y comprensión, se libera, quedando absorbida en el Cuerpo de Luz,  “el hombre-luz” puede elegir seguir su línea evolutiva por la línea súper-humana, que lo llevará a transformarse en Adepto para ocupar distintas aéreas del Servicio a la Vida que correspondan a esta línea, u optar por seguir la línea de servicio dévico-angélico, con lo cual podrá convertirse, si así lo inspira su Espíritu, en un nuevo:

Ángel Protoanímico



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1.       La Vida de las Leyes Superiores: Cuando la Ley de Karma material y su hermana Ley de Renacimiento van cediendo lugar a la acción de la Ley de Dharma y a la Ley de Sacrificio autoconsciente, se dice que el alma ha dado su primer paso en la Vida de las Leyes Superiores.