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miércoles, 28 de enero de 2015

1- EL ALMA: conceptos introductorios


            La palabra alma significa “el principio que da vida”. Es decir que, las formas materiales no estarían ‘vivas’ si no fuese porque tienen ese ‘principio vital’ al cual se ha llamado en muchas tradiciones “alma”.  
            De acuerdo a este concepto podemos ver que todo lo que es materia y que vibra, se mueve y tiene procesos de transformación posee ‘alma’. Los minerales tienen, por lo tanto, alma, los vegetales poseen alma y así también los animales y por supuesto, también el hombre. La diferencia entre el alma de los entes en cada uno de estos reinos de vida está en que “la vida en la forma” no es en todos exactamente igual, ya que el alma también evoluciona tomando nuevos estados; tiene ‘procesos’ de cambios por los que atraviesa a lo largo de la evolución. Esto explica que la enseñanza oriental (y teosófica) enseñe que el alma mineral luego de pasar millones de años otorgando vida y absorbiendo las cualidades de ese reino, pasa al reino vegetal, en el cual transmite vitalidad y absorbe experiencia también durante millones de años. Luego pasa el alma al reino animal con la misma función doble, la de dar vida a la forma y capitalizar experiencia.
En los reinos menores el alma es “grupal” por que cubre y abarca la vida de grandes masas minerales, de muchas plantas a la vez, y de grupos de animales. Pero cuando finalmente llega a la forma hombre el alma (que era grupal) ‘se individualiza’, es decir que, a partir de entonces, existe un alma para cada ser humano. Esta es la primera diferencia importante entre el hombre y los reinos de vida infrahumanos.

Según la teología cristiana, el alma es una substancia espiritual. Substancia significa ‘algo que está detrás de una cosa’, es decir algo que subyace en el fondo de la forma visible. Esa substancia es ‘espiritual’, señalando que no es material, y que es sutil, intangible por los sentidos materiales.
Desde Platón nos llega un significado de ‘alma’ interesante. Se dice, según este filósofo, que hay tres almas en el ser humano, o tres ‘principios que dan vida’ dentro del hombre. El primero es el alma apetitiva o concupiscible, aquel principio que apetece y desea en el ser humano; también ha sido llamado alma instintiva o animal, debido a que los bajos instintos del hombre provienen de su antepasado animal (de cuando el alma ocupó cuerpos de animales vitalizando el instinto). El alma apetitiva sería lo que hoy se denomina cuerpo astral o emocional. En las escrituras de la India se lo denominó kama rupa (kama: deseo; rupa: cuerpo, es decir ‘cuerpo de deseos’). La segunda alma, según Platón, es el alma irascible o del valor; es la fortaleza en el ser humano (Platón la compara a un caballo que obedece a su jinete), también se puede entender como la mente en el hombre (el intelecto), el principio que da un valor, un juicio a las cosas (correcto o incorrecto). Es un principio intermedio entre lo inferior y lo superior. La tercera sería el alma racional; esta es la Inteligencia, principio llamado ‘Buddhi’ en oriente. (Buddhi no es mente, sino un principio superior a la mente, pero que puede incidir e incide en la mente hasta llegar a transformarla en mente espiritual: “buddhi-manas”)

Hay que distinguir entre intelecto e inteligencia porque no son lo mismo.
Intelecto es una facultad de la mente, mientras que Inteligencia es un principio superior al plano mental. La inteligencia es superior al intelecto. Son dos grados diferentes del ‘conocer’. Hay hombres que son intelectuales, pero no ‘inteligentes’…, es decir que acopian muchos conocimientos y datos, pero no saben como manejar y emplear esos conocimientos en la vida diaria y en situaciones que se presentan quedan inmóviles sin poder accionar. Otros, inclusive, utilizan el intelecto con fines egoístas y malsanos…
 Inteligencia es la sabiduría para emplear en forma directa y práctica el conocimiento. De manera opuesta al ejemplo anterior, hay hombres inteligentes, pero que no son intelectuales, es decir que con muy poco acopio de conocimiento libresco y con pobre educación, se dan muy buena y creativa idea en cómo manejar asuntos que la vida les presenta.
Un intelectual puede ser un ‘tonto’, y un analfabeto puede ser un ‘genio’. El ingenio es el “genio interno”; y este es Buddhi proyectando su luz sobre el hombre. Pero quienes poseen inteligencia, son las almas más maduras, es decir, las que ya han transitado por largas encarnaciones construyendo el antakarana, el ‘puente interno’ que une a la mente inferior con la mente superior.

Por lo que hemos visto, se ha llamado alma a distintos aspectos dentro del hombre, aspectos que son motores de la vida interna. Un aspecto es el pasional o emocional, el otro es el aspecto mental o intelectual, y el tercer aspecto es más de orden espiritual, porque tiene que ver con la Inteligencia Universal. Cuando despierta este tercer aspecto, Buddhi (o la razón pura), la conciencia de individualidad (que conlleva la raíz de la separatividad) se va perdiendo porque comienza a hacerse sentir el aspecto UNIDAD de la vida.
Estos tres aspectos en el hombre forman la psiquis (para los griegos alma era la ‘psique’), es decir ‘el elemento vida’ dentro del cuerpo físico. Esa ‘vida’ dentro del cuerpo tiene diferentes aspectos, el emocional, el mental y el espiritual, como vimos. Estos tres aspectos no son armónicos entre sí, sino conflictivos, y en resolver ese conflicto está lo que llamamos Liberación (espiritual y esotéricamente hablando). El conflicto es necesario en la evolución y en los procesos del alma porque la fricción genera ‘conciencia’, despierta cualidades.
De estos tres aspectos del alma mencionados, la naturaleza apetitiva en el hombre (astral), la cual tiende al acopio y al egoísmo, es opuesta a la naturaleza intuicional (o búdica) que manifiesta inteligencia universal y unidad. Estos dos aspectos o principios opuestos luchan dentro del ser humano para prevalecer, y el terreno de la lucha es un principio que está justo en medio de aquellos dos: la mente (manas). Es en la mente donde los deseos arraigan para encontrar un aliado (el pensamiento) que le permita conseguir sus fines; y es en la mente también donde la Inteligencia Universal (buddhi) puja por despertar la conciencia del hombre, para convertirlo en un ser inegoista, filántropo y en un servidor más de la raza.

Reconocer estos aspectos dentro de sí mismos es el primer paso en el Sendero.

Saber como proceder para favorecer conscientemente los procesos alquímicos del alma, es conocer sobre “EL TRABAJO DEL ALMA”.


Más información sobre ‘El Trabajo del Alma’ en:


y sintonizaciones y ejercicios espirituales en:



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