(Es continuación de la publicación anterior)
(…)
A veces estos seres humanos enalmados por Espíritus Solares sienten que “no son
de aquí”…; lo sienten sin poder llegar a saber a ciencia cierta por qué lo
sienten. A veces esa ‘sensación’ existe desde la infancia, donde el niño siente
que “su familia no es su familia”, se siente como viviendo entre extraños…, aún
teniendo la atención necesaria y el amor de sus padres. Este ‘sentimiento
interno’ proviene de sus almas, por el hecho de estar sus Espíritus Alados
sumidos en el olvido dentro de la densitud de la materia, viviendo como si
fuera “un exilio” de su verdadera ‘tierra natal’, que es ‘solar’… Logran llevar
ese extraño sentimiento en su interior mientras recorren los senderos de la
vida terrenal.
Estos seres humanos
reflejan en ‘su andar’ ciertos aspectos básicos del Rayo Solar que anima sus
cuerpos causales, pero tal reflejo, al tener que atravesar las brumas de los
planos mental y astral, se expresa en la vida de la personalidad encarnada
imperfectamente. Esto ocurre porque para un Ser Solar, descender a la forma
material humana es una auténtica nueva experiencia. Los vehículos del ‘hombre
terrestre’ son para un ser solar como
un “ropaje nuevo”, un nuevo ‘instrumento’ que deberá conocer y aprender a
manejar. Por eso, a veces pueden mostrarse torpes al principio, o ‘básicos’,
pero pueden expresar gran valor y energía para defender causas justas, a veces
mezclada con ira, por no comprender. Son naturalmente auténticos e inocentes,
aunque no exentos de cometer muchos errores, pues están en un ‘territorio
nuevo’ aprendiendo nuevas reglas de juego… No conocen las emociones humanas más
terrenales, como la envidia y los celos, (aunque pueden llegar a experimentarlas
en cierta medida al mezclarse en los asuntos mundanos), y pueden experimentar
gran apego afectivo (un reemplazo del vacío del ‘exilio interior’ que sienten).
Los que son más inclinados al amor, energía que portan en sus esencias, padecen
muchas veces el dolor de encontrarse en un mundo engañoso e impiadoso, que no
es como la Morada de la cual Ellos proceden.
La
astralidad es algo nuevo para Ellos, por lo cual pueden caer durante vidas en
la red de deseos y espejismos astrales, y esto no es malo, sino parte de su
experiencia para conocer la naturaleza de las cosas en el mundo al cual han
venido. Tarde o temprano salen de la red de confusión y deseos al ir
‘recordando’ su origen y esencia solar. Allí finaliza (por decirlo de alguna
manera) su recorrido de investigación, y comienza un camino más
‘autoconsciente’ a nivel espiritual, donde comprenden y abordan sus misiones.
Hay
que aclarar, además, que estos Seres en sus cuerpos causales, pueden ponerse
bajo la guía e irradiación de un Maestro terrestre para terminar de aprender
las lecciones terrenales, y esto no quita que a veces puedan, cuando es necesario,
ayudar a algún Maestro de la Hermandad Blanca Planetaria en alguna labor,
mezclándose así entre los ‘discípulos aceptados’ de los Maestros, que son almas
ascendentes.
Volviendo
al origen, es decir al inicio del ‘descenso espiritual’, se verá que al
descender (dimensionalmente) el Rayo Espiritual del Ser y entrar en el mundo
polar-dual, se bifurca en dos mitades. Cada mitad toma un ‘cuerpo causal’ en la
Tierra y a partir de allí cada mitad, en su cuerpo causal, tendrá vida independiente
como alma humana reencarnante. Esto ocurre hasta que finalmente se
reencontrarán, como veremos…
Es
decir que el Ser Solar, transformado en dos almas humanas, comienza su sendero
de experiencia terrestre. Cada alma camina por senderos opuestos (en
cualidades) durante vidas, y ocurre que en varias vidas se cruzan en sus
caminos…, sintiendo una extraña sintonía y afinidad interior; pero las
circunstancias kármicas de cada una de las dos almas definen habitualmente que
cada mitad siga su propio curso…; hasta que, después de travesías y
maduraciones de las experiencias, llega
una vida en la que se encuentran nuevamente y se reconocen espiritualmente: saben
que ‘SON UNO’.
Esta
es la verdad de las ‘almas gemelas’, y no tiene nada que ver con los enamoramientos
mundanales, sino con un profundo reconocimiento espiritual mutuo y ‘sentires’
que no se pueden explicar ni definir con palabras…
Hasta
aquí, este capítulo…
Hasta
la próxima, amigos.
Alexis
B.
(Aclaración: Lo escrito forma parte de los estudios,
observaciones y experiencia del que escribe, quien no pretende que lo expuesto
sea tomado como ‘la verdad’, sino como un punto de apoyo para los estudios e
investigaciones de otros, que acaso puedan estar pasando por experiencias
afines.)
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