EL ÁNGEL PROTOANÍMICO
El término “ángel protoanímico” fue plasmado en la mente cerebral del receptor durante
el reposo nocturno del cuerpo físico en la madrugada del 19 de agosto del año 2016,
conjuntamente con conceptos claros que fluían a la mente durante el sueño. Tal
fue el inicio de una serie de significados y comprensiones que luego completaron
su desarrollo durante la escritura de estos escritos.
El concepto del “ángel protoanímico”
podrá contribuir fundamentalmente al esclarecimiento sobre el alma y su
desarrollo evolutivo, en forma holística y abarcativa, sin dejar de ser preciso
y agudo en especificaciones esotéricas.
¿Qué es el Ángel Protoanímico?
La palabra “ángel” significa
mensajero, es decir una especie de mediador entre las más altas esferas de la
Deidad Suprema y las entidades vivientes entendidas como ‘creaciones’. “Proto”
proviene del griego ‘protos’, que
significa primero, principal; y “anímico” es un adjetivo relativo a “alma”. Es
decir que un ángel protoanímico sería una Conciencia dotada de inteligencia,
conocedora (al menos de cierto aspecto o porción) del Propósito Divino, por lo
cual puede actuar como principal “mensajero” de dicho Propósito. Su “Mensaje”
es, evidentemente y en forma generalizada, de evolución y progreso, y es
dirigido a las almas que puedan estar bajo su tutela. Por lo tanto, y como
podrán deducir los estudiantes, existen variados niveles de “ángeles protoanímicos”.
Expresado
en forma simple, el
ángel protoanímico es el acompañante del alma, de la entidad viviente; es quien
vela por su evolución y progreso desde el inicio de la vida anímica, puesto que
conoce el propósito del sendero de la Evolución.
Ninguna
especie y/o forma material de vida existe sin su ángel protoanímico. En oriente
se ha denominado “Devas” (vocablo sánscrito, de la raíz “div”: brillar, resplandecer) a esas entidades que animan las formas
creadas. En lo referente al ser humano se le ha denominado popularmente (en el
cristianismo) “ángel de la guarda”, aunque dicho término no ayuda a
interpretar correcta y cabalmente la función de este Ángel, ya que el mismo no
solo ‘cuida’ al alma humana, pudiendo evitar en contadas ocasiones accidentes e
infortunios, sino que, como se explicó, además “vela” por su avance evolutivo
álmico o desarrollo de la conciencia. Inclusive algunos infortunios pueden ser
permitidos por el Ángel Custodio por que responden a algún aprendizaje kármico,
lo cual será necesario y positivo para el alma humana, aunque no cómodo o
placentero para la ‘personalidad’.
Otras
escuelas esotéricas le han llamado “Ángel Solar”, pero tal denominación
ha confundido a muchos estudiantes. El nombre “ángel protoanímico” es más correcto y esclarecedor porque se puede
aplicar a todas las entidades vivientes, mientras que “Ángel Solar” solo se ha
aplicado en relación al hombre. El ángel protoanímico del hombre es “solar” por que posee
investidura vibracional y consciencia ‘solar’, es decir, búddhica o crística, y
por eso es que puede guiar al alma humana hacia el desarrollo de su buddhi.
Esa guía es sutil e interna y casi siempre oculta a la consciencia de vigilia,
sin embargo, en ocasiones, cuando el estudiante avanza en el Sendero, puede
comenzar a sentir la influencia del Ángel Guía como “palabra en la mente” que
lo guía para el descubrimiento de algún concepto clave, o como “mensaje” e
“inspiración”.
Según
estos conceptos podemos ver que el ‘ángel protoanímico” es la Conciencia
sutil e inteligente que protege y guía al alma. Esa alma puede tratarse del
alma grupo de un mineral, el alma grupo de alguna especie del reino vegetal, el
alma grupal animal, o puede tratarse de la guía para el alma humana en
desarrollo. Por lo tanto, los términos que emplearemos en nuestro estudio para
designar a esas Inteligencias que guían al desarrollo de las almas de los
distintos reinos de vida, estarán vinculados al reino al cual guían. De tal
manera que podemos decir que existen:
1. El
ángel protoanímico mineral.
2. El
ángel protoanímico vegetal.
3. El
ángel protoanímico animal.
4. El
ángel protoanímico humano.
5. Y
ángeles protoanímicos planetarios, de sistemas solares y de galaxias.
En
resumen: “Cada
reino de vida tiene su ‘Hueste de ángeles protoanímicos’ que cubren las
necesidades anímicas de las diversas especies”.
Hay
que aclarar que el ángel protoanímico no anima directamente a “la forma
material” de la entidad viviente, sino que vitaliza, guía e impulsa el
desarrollo del aspecto anímico de la forma. Sin embargo, el “ángel guía” o
“ángel protoanímico” tiene ‘ayudantes’ para que su labor de transmitir ‘el
propósito evolutivo’ llegue a los planos más materiales de las formas. Estos ‘ayudantes’
son los “Espíritus de la Naturaleza” o elementales de la tierra, el agua, el
aire, el fuego y el éter. Las leyendas mitológicas los conocen como Gnomos,
Duendes, Ondinas, Salamandras, Adas, Sílfides, etc. El Ángel protoanímico se ocupa del propósito del alma evolucionante e
impulsa y guía a los espíritus de la naturaleza en el trabajo constructivo y
sostenedor de la forma. Pero todas las construcciones y desarrollos de las
formas materiales, que dan por resultado las diversas especies biológicas de
vida, son un medio para un fin, no un fin en sí mismo. El fin o meta de la expresión de la vida material es producir el avance
y progreso de la conciencia anímica. Para esto el alma (se trate del alma
mineral, vegetal, animal o humana) va transmigrando de una a otra forma de
vida, recogiendo el resultado de las experiencias en el mundo material en forma
de ‘cualidades vibracionales’. El ángel
protoanímico protege dentro de ‘una sutil burbuja de energía’ (el cuerpo
del alma) a las valiosas cualidades vibracionales que se van gestando como
fruto de las experiencias. El ángel protoanímico protege y custodia a la “burbuja
álmica” (sea mineral, vegetal, animal, humana) pues en esta sutil esfera o
cuerpo del alma viajera está el secreto de la Evolución.
LA CREACIÓN DEL ALMA HUMANA
Y LA OBRA DE LOS ÁNGELES PROTOANÍMICOS
CON LA HUMANIDAD
Los estudiantes versados saben que
existen los constructores del ‘hombre externo’, que se ocupan de la expresión
química, biológica y genética de la forma física humana, y los constructores
del ‘hombre interno’ que son seres que, hace más de 16 millones de años, han
construido el alma humana primitiva estableciendo una burbuja de materia mental
superior que llegó a unificar la forma astral y etérica-física del ‘hombre
material’ con la Chispa espiritual o Espíritu humano (la Mónada).
Sin
la “mente vitalizada” por los Señores del
Fuego de la Mente venidos desde las estrellas, el ser humano pensante y
evolucionante no existiría. El hombre demostró ‘trinidad’ (cuerpo material,
alma y espíritu) luego de que los Espíritus
Angélicos de la Mente Cósmica insuflaron esencia de su propia substancia
manásica y búdica en el hombre lemuriano estableciendo así, en su interior un
centro o matriz de autoconsciencia en latencia con todas las posibilidades
potenciales para el desarrollo de las facultades de la conciencia. A este centro o matriz manásica los teósofos
dieron el nombre de “cuerpo causal”, conocido corrientemente como “alma humana”.
Dentro de esa matriz mental debía nacer, con el tiempo evolutivo, el Yo
autoconsciente, el Ego.
Estos Ángeles Creadores eran
Inteligencias Cósmicas autoconvocadas por Ley
de Sacrificio, y descendieron desde ciertas estrellas como Llamas
fulgurantes de vida manásica hacia el Sistema Solar y al llegar a la Tierra
proyectaron (como ya se señaló) vida anímica a la inactiva substancia mental y
etérica en el cerebro y el sistema nervioso central del homínido, lo cual propagó
“electricidad de autoconsciencia” en el cerebro y desde este hacia la columna
vertebral, vitalizando los chakras “desde arriba hacia abajo” (y no al revés,
como ocurrió más tarde con el hombre atlante-ario al despertar del fuego
kundalínico).
Los ‘ángeles constructores’ del ser
humano terrícola (constructores de sus principios intermedios) son
fundamentalmente sirianos, pero existen también provenientes de otros centros
estelares. Existen huestes angélicas de
muchas categorías respondiendo a una Fraternidad con escalas jerárquicas según el
círculo de influencia y el grado de Luz de cada entidad; pero hay que
distinguir entre los “constructores” y “los preservadores”, porque la función
cambia el rótulo, la designación, es decir que “el nombre dado a una entidad o
Conciencia cambia según su funcionalidad”.
Existen tres funciones básicas de
las Inteligencias al servicio del Plan de Evolución. Estas son:
1. La
función de CONSTRUCTOR.
2. La
función de PRESERVADOR, que
contempla diversos aspectos, como custodio, guía, educador, sanador, director,
etc.
3. La
función de DESTRUCTOR.
Esto
se aplica a toda la existencia, desde la minúscula partícula hasta las galaxias
y universos. Esta triple función es desempeñada por “Inteligencias” que
conforman una “escalera jerárquica” en los diversos mundos o esferas de la
Vida.
La Teosofía tradicional ha empleado el
término “Jerarquías Creadoras” para explicar la función N° 1 de las
Conciencias, pero el aspecto N° 2, la función de ‘Preservador’, si bien ha sido
abordada, no ha sido esclarecida cabalmente. Es especialmente en este punto
donde ingresa nuestro nuevo vocablo: “ANGEL PROTOANÍMICO”, ya que esta
denominación no se refiere tanto al aspecto constructor (construcción inicial),
sino al aspecto, podríase decir “de desarrollo evolutivo de lo construido”. Por
lo tanto los Devas o Ángeles Constructores
y los Ángeles Protoanímicos son diferentes por su función.
Veamos
un ejemplo del concepto antedicho: Cuando es creado el “cuerpo causal” (burbuja
mental superior) o ‘alma humana’ al inicio de la evolución humana, este “cuerpo
sutil o burbuja” que es el alma individual es como ‘una vasija vacía’ (al menos
vacía de experiencia humana, no así de vibraciones subconscientes de los reinos
infrahumanos, pues de los reinos menores de vida proviene el alma). Esta
“vasija vacía” o “burbuja mental transparente” deberá ir llenándose con
energías de comprensión, con arquetipos de pensamientos cada vez más elevados
en cuanto a esencia de ‘verdad’, y esto lo logra el alma a través de “la
riqueza cardíaca y mental” que pueda ir logrando con las reencarnaciones
sucesivas. Los Ángeles Constructores son esas conciencias que dieron vida y
moldearon a “la burbuja álmica humana” (o cuerpo causal) para que la Chispa
Divina (la Mónada) pudiese recoger en dicho ‘receptáculo’ el resultado de las
experiencias acontecidas en el triple mundo material (mental, emocional y
etérico-físico). Los Ángeles Constructores hicieron posible esto, pero las
entidades angélicas en su función de PRESERVADORES y protectores de lo
construido y de guías para el desarrollo del alma, cumplen con una función muy
diferente a la de los primeros constructores. A veces la tarea de “constructor”
es seguida por la de “preservador, guía e impulsor evolutivo”
por el mismo Ángel, pero no siempre es así, ya que la conciencia angélica constructora
(siempre hablando de la construcción básica inicial) puede, después de efectuar
su labor, retirarse para realizar otros menesteres, dando paso y lugar a otra
conciencia angélica para que desempeñe la función de preservador y guía de la
vida anímica construida. Esta segunda función, la del “preservador, custodio y
guía” es el ANGEL PROTOANÍMICO. Su función es proteger, impulsar, inspirar a la
conciencia en desarrollo hacia el Ideal arquetípico que el Ángel conoce muy
bien.
El
Ángel Protoanímico, dentro del reino humano, es un Ser Solar de gran alcance
áurico, por lo cual su asistencia al alma humana es especialmente “grupal” (aunque
en ocasiones puede personalizar su atención cuando es necesario). En general
estos Seres Solares ponen bajo su manto irradiativo a una masa de miles de
almas humanas con primitivo a mediano desarrollo, debido a que el alma humana
infante no precisa aún de guía individual especial, porque para necesitar esa
guía directa y especial debe antes atravesar por las enseñanzas y lecciones que
de la Ley de Karma pueda obtener. Sin embargo el Ángel Protoanímico grupal guía
eficazmente a todas las almas humanas infantes que están bajo su influencia
radiactiva inspirándolas con el Bien y la Verdad y cubriéndolas
bajo un invisible pero muy real manto de
energía protectora.
El
anterior concepto ayudará al ser humano a entender que jamás ha estado solo ni
lo estará porque la asistencia irradiativa a los grupos humanos y su protección
al estar dentro de las ‘cintas áuricas’ de los Ángeles Protoanímicos es
permanente mientras dura todo el Aprendizaje de la conciencia humana en la
Escuela-Tierra, hasta la “graduación” de las almas y su pasaje a una Escuela
Superior. No obstante, esto no quita al individuo la posibilidad de “elegir”
(haciendo uso del ‘corto tramo’ de su libre albedrío) caminos errados, es
decir, contrarios a las Leyes dela Vida, y tener que padecer karma aleccionador
por ello. Tanto los seres moralmente rectos por convicción, así como los
confundidos y descarriados, sin distinción, están dentro del “Aura de Dios”, en
la cual sus Agentes auxiliares son esos seres sutiles a los que hemos
denominado ‘Ángeles’, ‘Devas’, ‘Ultraterrestres’, ‘Soles’, ‘Inteligencias’, ‘Conciencias’,
etc.
Estos
Auxiliares Solares para el hombre conocen el plan general del alma humana y
pueden leer sin dificultad en el archivo de cada alma que está bajo su
monitoreo el plan para la presente encarnación de cada individuo. “Son Seres
con capacidades multifuncionales”, y por esto puede entenderse que puedan estar
en muchos sitios a la vez realizando diferentes funciones, aunque cuentan
también con la ayuda de otros auxiliares. El
conocer muy bien el plan de cada alma le da al Ángel la ventaja de saber cómo y
dónde intervenir (y dónde no) en procura de especiales asistencias a sus
protegidas y queridas “almas”.
Pero para entender bien este tema no se debe incurrir en el error
de confundir “alma” con “persona”, sería como confundir “mente” con “cuerpo”.
El “alma” es la conciencia, la cual puede estar en gestación (‘alma bebé’), en
formación (‘alma infante’) o en maduración (‘alma adulta’). A veces ‘la
Conciencia interna’ o alma necesita que ‘la persona’ sufra situaciones de
dificultad, desdicha e infortunios de diversas índoles para incorporar alguna
vital “comprensión”. Por eso es erróneo pensar, como algunos piensan (y no son
pocos…), que “el Ángel de la Guarda es solo un mito y que no existe” y la
prueba estaría en que los seres humanos (las ‘personas’) siguen teniendo
‘accidentes’… La idea expresada más
arriba, con correcta interpretación, desarticula esta errónea creencia.
Hemos explicado que la asistencia
del Ángel Protoanímico es fundamentalmente “grupal”; pero cuando en su grupo
álmico comienzan a destacar en desarrollo algunos individuos en cuyos cuerpos
causales ya pueden verse “los primeros pétalos de conocimiento y amor que se
abren en el Loto Interno”, entonces, a esas almas que ya pueden necesitar guía
más cercana y específica para el desarrollo de aspectos especiales de la
conciencia, se les presenta la oportunidad de transformarse en aspirantes y
discípulos de “una Conciencia Preparada”. Tal Conciencia Instructora puede ser
de la corriente humana-espiritual, lo que se conoce como “Maestro” (adepto
instructor de almas proveniente de la línea evolutiva humana), o puede ser un
ser de la Jerarquía angélica, de línea evolutiva no humana (posibilidad, está
última, que ha sido poco o nada abordada hasta ahora como “conocimiento
posible” en las escuelas).
EL
NOUS Y EL ÁNGEL PROTOANÍMICO
El Ángel Protoanímico es una
conciencia dévica, es decir “resplandeciente”, que acompaña desde el inicio al
alma, la cuida y protege de la prematura destrucción que pudiera sufrir por
intrusiones de entidades maliciosas.
Este Ángel es, para el hombre, un
verdadero “guardián” de su alma, es decir, un protector de ‘los principios
intermedios’ (manas y buddhi) que son los que conforman el
‘cuerpo causal’ mayormente. Es un ser de paz, propenso a la alegría, por estar
compenetrado de la Luz Eterna y ‘vibrar solarmente’. Su alegría no es
‘emocional’ sino ‘búdica y espiritual’. Mantiene unificada al alma humana a su
‘Atman’, su ‘Nous’, es decir, su ‘Chispa Divina’. Es como un ser
‘paternal-maternal’ que cuida del alma recién nacida, que es la conciencia
virgen o “alma bebé”, y luego del “alma niño”, hasta que el alma o ‘conciencia
interna’ se fortalece y comienza a despertar sus facultades de autoconsciencia
intelectual, intuicional y espiritual (el desarrollo procede en ese orden).
Recién en la etapa de madurez álmica, después de múltiples reencarnaciones del
alma, el Ángel Protoanímico va cambiando su función paterna-materna de
“custodio de la infancia” por la de “consejero y guía”, lo cual lleva adelante
en perfecta consonancia con el despertar del NOUS,
que es la Chispa espiritual con el ‘chip’ arquetípico del Logos Solar dentro
del hombre.
El Nous duerme dentro del hombre durante la etapa
virginal e infantil del alma humana, pero al despertar de su sueño e iniciar su
trabajo de arquitecto y constructor de la conciencia, recibe el apoyo y ayuda
sincronizada del Ángel Protoanímico.
A medida que el Nous va expresando el
arquetipo de perfección en el alma, impulsando inspiradamente al ser humano por
caminos que favorezcan el desarrollo de sus facultades latentes, el Ángel
Protoanímico se va acercando cada vez más al final de su sacrificada y amorosa
labor. Hay que recordar que este Ángel´ está con el ‘alma humana’ desde su
mismo nacimiento, desde la aparición primigenia del ‘cuerpo causal’, y su labor
llega a su fin cuando el alma humana se libera de la ignorancia al mismo tiempo
que se ilumina trinitariamente, es decir, intelectual, intuitiva y
espiritualmente, llenándose así la vida anímica de Amor-Sabiduría y Propósito
espiritual. En otras palabras, “cuando la flor del loto del alma ha desplegado sus 12
pétalos cardíaco-coronarios; cuando ‘la Rosa’ se ha abierto plenamente en el
alma; cuando ‘el arcoíris’ de la conciencia está pleno…, el alma se libera de
las ligaduras terrenales y vuela como libre Paloma rumbo a una Escuela Superior
de Vida”. Cuando esto sucede puede decirse que el hombre ha adquirido
autoconsciencia de su Nous Interno, conoce su Propósito y su sendero y entra en
la Vida de las Leyes Superiores(1).
Cuando el alma humana llega por
mérito propio a tal destino de Luz, el Ángel Protoanímico se libera, debido a
que el cuerpo causal es disuelto y absorbida su valiosa Esencia (la síntesis de
comprensión del largo sendero reencarnatorio) dentro del Cuerpo de Luz Monádico.
El Ángel del alma humana observa arrobado en devoción inexpresable en palabras
este sagrado y póstumo evento, y se libera así de su lazo anímico y dhármico
con el ‘alma humana’, la cual, como se vio, ya no existe más como tal porque se
ha transformado, por arte alquímico, en “Alma Divina”. Metafóricamente diríamos
que “la oruga se ha transformado en mariposa”…; cuando esto sucede el Ángel
Custodio de la ‘crisálida’ ve cumplida y finalizada su función y se marcha…
Cuando el alma o conciencia se
alquimiza y, elevándose en vibración y comprensión, se libera, quedando absorbida
en el Cuerpo de Luz, “el hombre-luz”
puede elegir seguir su línea evolutiva por la línea súper-humana, que lo
llevará a transformarse en Adepto para ocupar distintas aéreas del Servicio a
la Vida que correspondan a esta línea, u optar por seguir la línea de servicio
dévico-angélico, con lo cual podrá convertirse, si así lo inspira su Espíritu,
en un nuevo:
Ángel Protoanímico
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1. La Vida de las Leyes Superiores: Cuando la Ley de Karma material y su hermana Ley
de Renacimiento van cediendo lugar a la acción de la Ley de Dharma y a la Ley
de Sacrificio autoconsciente, se dice que el alma ha dado su primer paso en la
Vida de las Leyes Superiores.