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martes, 10 de febrero de 2015

6- Los Seres Solares descendentes y las almas gemelas


            (Es continuación de la publicación anterior)

            (…) A veces estos seres humanos enalmados por Espíritus Solares sienten que “no son de aquí”…; lo sienten sin poder llegar a saber a ciencia cierta por qué lo sienten. A veces esa ‘sensación’ existe desde la infancia, donde el niño siente que “su familia no es su familia”, se siente como viviendo entre extraños…, aún teniendo la atención necesaria y el amor de sus padres. Este ‘sentimiento interno’ proviene de sus almas, por el hecho de estar sus Espíritus Alados sumidos en el olvido dentro de la densitud de la materia, viviendo como si fuera “un exilio” de su verdadera ‘tierra natal’, que es ‘solar’… Logran llevar ese extraño sentimiento en su interior mientras recorren los senderos de la vida terrenal.
Estos seres humanos reflejan en ‘su andar’ ciertos aspectos básicos del Rayo Solar que anima sus cuerpos causales, pero tal reflejo, al tener que atravesar las brumas de los planos mental y astral, se expresa en la vida de la personalidad encarnada imperfectamente. Esto ocurre porque para un Ser Solar, descender a la forma material humana es una auténtica nueva experiencia. Los vehículos del ‘hombre terrestre’ son para un ser solar como un “ropaje nuevo”, un nuevo ‘instrumento’ que deberá conocer y aprender a manejar. Por eso, a veces pueden mostrarse torpes al principio, o ‘básicos’, pero pueden expresar gran valor y energía para defender causas justas, a veces mezclada con ira, por no comprender. Son naturalmente auténticos e inocentes, aunque no exentos de cometer muchos errores, pues están en un ‘territorio nuevo’ aprendiendo nuevas reglas de juego… No conocen las emociones humanas más terrenales, como la envidia y los celos, (aunque pueden llegar a experimentarlas en cierta medida al mezclarse en los asuntos mundanos), y pueden experimentar gran apego afectivo (un reemplazo del vacío del ‘exilio interior’ que sienten). Los que son más inclinados al amor, energía que portan en sus esencias, padecen muchas veces el dolor de encontrarse en un mundo engañoso e impiadoso, que no es como la Morada de la cual Ellos proceden.
            La astralidad es algo nuevo para Ellos, por lo cual pueden caer durante vidas en la red de deseos y espejismos astrales, y esto no es malo, sino parte de su experiencia para conocer la naturaleza de las cosas en el mundo al cual han venido. Tarde o temprano salen de la red de confusión y deseos al ir ‘recordando’ su origen y esencia solar. Allí finaliza (por decirlo de alguna manera) su recorrido de investigación, y comienza un camino más ‘autoconsciente’ a nivel espiritual, donde comprenden y abordan sus misiones.
            Hay que aclarar, además, que estos Seres en sus cuerpos causales, pueden ponerse bajo la guía e irradiación de un Maestro terrestre para terminar de aprender las lecciones terrenales, y esto no quita que a veces puedan, cuando es necesario, ayudar a algún Maestro de la Hermandad Blanca Planetaria en alguna labor, mezclándose así entre los ‘discípulos aceptados’ de los Maestros, que son almas ascendentes.

            Volviendo al origen, es decir al inicio del ‘descenso espiritual’, se verá que al descender (dimensionalmente) el Rayo Espiritual del Ser y entrar en el mundo polar-dual, se bifurca en dos mitades. Cada mitad toma un ‘cuerpo causal’ en la Tierra y a partir de allí cada mitad, en su cuerpo causal, tendrá vida independiente como alma humana reencarnante. Esto ocurre hasta que finalmente se reencontrarán, como veremos…
            Es decir que el Ser Solar, transformado en dos almas humanas, comienza su sendero de experiencia terrestre. Cada alma camina por senderos opuestos (en cualidades) durante vidas, y ocurre que en varias vidas se cruzan en sus caminos…, sintiendo una extraña sintonía y afinidad interior; pero las circunstancias kármicas de cada una de las dos almas definen habitualmente que cada mitad siga su propio curso…; hasta que, después de travesías y maduraciones de las experiencias,  llega una vida en la que se encuentran nuevamente y se reconocen espiritualmente: saben que ‘SON UNO’.
            Esta es la verdad de las ‘almas gemelas’, y no tiene nada que ver con los enamoramientos mundanales, sino con un profundo reconocimiento espiritual mutuo y ‘sentires’ que no se pueden explicar ni definir con palabras…

            Hasta aquí, este capítulo…
            Hasta la próxima, amigos.

 Alexis B.  




            (Aclaración: Lo escrito forma parte de los estudios, observaciones y experiencia del que escribe, quien no pretende que lo expuesto sea tomado como ‘la verdad’, sino como un punto de apoyo para los estudios e investigaciones de otros, que acaso puedan estar pasando por experiencias afines.)




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